Policiales

“Mañana me voy a robar una Tornado”, la frase que incrimina a Nicolás Pérez

El fiscal Alejandro Pellegrinelli pidió la elevación a juicio del principal acusado por el homicidio del playero de la estación de servicios de Polonia y Juan B. Justo, al que dos delincuentes le dispararon en la cabeza y luego le sustrajeron su motocicleta.

“Mañana me voy a robar una Tornado”. Con esa frase extraída de un chat, sumada a múltiples testimonios, imágenes de cámaras de seguridad, y el análisis de sus antecedentes, el fiscal Alejandro Pellegrinelli solicitó en los últimos días la elevación a juicio oral de Nicolás Sebastián Pérez, el principal acusado por el crimen de Tomás Carlos Marcos (52).

Se trata de uno de los casos policiales más conmocionantes que tuvo la ciudad en 2019 ya que, en rigor, fue uno de los pocos homicidios ocurridos ocasión de robo durante este año. El hecho se registró el 2 de abril, alrededor de las 20, cuando la víctima, un playero de la estación de servicios de Polonia y Jara, circulaba a bordo de su motocicleta de alta cilindrada por la zona de Belgrano y 14 de Julio.

Esa noche del martes feriado por conmemorarse el Día de los Veteranos y los Caídos en la Guerra de Malvinas, dos delincuentes que también se movilizaban en una motocicleta interceptaron al hombre, le dispararon y le robaron su vehículo. Marcos murió y los asaltantes escaparon en dirección a la avenida Juan B. Justo.

La fuga quedó registrada en imágenes que tomaron cámaras de seguridad del municipio y también privadas. Además, fue observada por testigos que vieron la secuencia en el lugar del hecho y declararon ante el fiscal Pellegrinelli.

Con esos datos, sumados a otros indicios recabados por la policía, el investigador solicitó a la Justicia de Garantías una orden de allanamiento en una vivienda de Pérez, ubicada en San Juan de Vivoratá al 2000 del barrio Santa Celina, donde se hallaron objetos compatibles con la actividad ilícita del desguace de motovehículos. Además, el principal acusado fue detenido y a través de la pesquisa se aprehendió también a un adolescente de 15 años que fue sindicado como el otro de los asaltantes, cómplice de quien habría matado a Marcos, pero por su edad más tarde quedó libre ya que no es considerado punible por la ley penal argentina.

Las pruebas

A través del recabamiento de distintas pruebas durante el desarrollo de la investigación, el fiscal Pellegrinelli concluyó hay suficientes indicios de que Pérez se dedicaba a robar y desarmas motocicletas para luego vender sus partes por separado. De hecho, tenía antecedentes por encubrimiento.

A raíz del registro fílmico de la fuga de los asesinos de Marcos, el investigador consideró acreditado que el rumbo que tomaron éstos es compatible con el domicilio del principal sospechoso y de muchas de las personas con las que tiene relación social. Inclusive, en su propia declaración el imputado confirmó que el día del hecho que se le incrimina se encontraba en la casa de un amigo ubicada en la zona sur de la ciudad.

Si bien Pérez explicó ante el fiscal Pellegrinelli que al momento del crimen de Marcos estaba junto a un grupo de amigos en esa vivienda mencionada, distintas pistas habrían hecho caer su coartada. Entre ellas, el investigador analizó los testimonios de las personas nombradas por el acusado y notó contradicciones en los horarios citados por estas respecto del encuentro que efectivamente tuvieron con Pérez.

Además, los pesquisas que intervinieron en el caso analizaron el teléfono celular del imputado y hallaron indicios que sirvieron para mantener la acusación. Por ejemplo, una fotografía de Pérez con un arma de fuego enviada a su interlocutor en una conversación virtual, otros chats con amigos y mujeres en las que habla de actividades ilícitas vinculadas a motos y autopartes, e incluso la frase que lo incrimina: “Si roy pero hoy no, mañana me voy a robar una Tornado”, escrita el día anterior al crimen de Marcos, en referencia a una motocicleta marca Honda Tornado de alta cilindrada, que tiene características similares a la Yamaha XTZ de color azul en la que circulaba la víctima.

Al ser indagato por el fiscal, dijo que nunca cometió un robo en su vida y jamás se drogó. Manifestó también que trabajó hasta febrero de 2019 en un frigorífico y que luego pasó a hacer descargas de camiones pertenecientes a una empresa pesquera junto a su padre. Sin embargo, el empleador del primero de estos trabajos mencionados mencionó que Pérez había dejado de prestar labores para la firma en diciembre de 2018, contradiciéndolo en su declaración.

Cuando Pellegrinelli le preguntó por la fotografía del arma de fuego, el imputado contestó que era una réplica y también explicó que, en otros chats, al hablar de armas con una amiga se refiere en realidad a “juguetes” para el hermano menor de ésta.

Menores

Por último, Pérez señaló que en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán los internos le habían dicho que el rumor que se corría indicaba que los asesinos de Marcos eran dos adolescentes, menores de edad, y a continuación dio sus nombres. Además, manifestó no conocerlos personalmente: uno de los mencionados es el menor no punible al que le adjudican la complicidad con Pérez.

En ese sentido, Pellegrinelli considera que la estrategia del imputado fue adjudicar el crimen a dos adolescentes que, por su edad, no son punibles, por lo cual no quedarían detenidos.

Si bien ningún objeto de Marcos fue hallado en poder del imputado ni del menor al que sindicaron como el coautor del hecho, para fiscal está sumamente acreditado que Pérez se dedicaba a robar motovehículos para luego desguazarlos, y que con ese objetivo asaltó a Marcos, disparándole en la cabeza y ocasionándole la muerte. Ahora, la Justicia de Garantías deberá examinar si las pruebas aportadas por el fiscal son suficientes para que el caso llegue a juicio oral. La respuesta se conocerá en los próximos días.

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